Miss Alegría había estado de vacaciones. Se lo había pasado estupendamente y, ahora, conducía de vuelta a casa. Estaba silbando alegremente mientras conducía y, de repente, por el rabillo del ojo, para dirigirse allí.
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Puede obtener más información aquí o cambiar la configuración.